TEMA: ATLÁNTICO SUR Y GEOPOLÍTICA ESPACIAL
INTRODUCCIÓN
En los últimos años los estados han creado una nueva fuerza militar, La Fuerza Espacial, dado que surgió en la doctrina estratégica el concpeto de dominio Espacial.
No obstante esta doctrina encuentra su principal antecedente en la Iniciativa de Defensa Estratégica que el ex Presidente de Estados Unidos de América (EUA) Ronald Reagan presentó el 23 de marzo de 1983, que se formalizó dos días después en la Directiva de Decisión de Seguridad Nacional 85, lo que se llamó vulgarmente la Guerra de las Galaxias.
No obstante en la actualdad países como EUA, Rusia y la República Popular China están explotando el dominio Espacial en el ámbito de sus respectivos Instrumentos Militares producto de las posibilidades que otorga el control ultraterrestre.
Pero las políticas llevadas adelante por estos estados, no solo afecta la voluntad de sus gobiernos, sino que también arrastra a sus coaliciones a trabajar cooperativamente percibiéndose los bloques terrestres proyectarse al espacio.
Estas políticas proyectan sus medios superando el cinturón de Van Allen, donde se concentran partículas cargadas con alta energía, pero que sobre el Atlántico Sur (SAA) su radiación se encuentran a menor distancia que en el resto de la superficie terrestre (a unos 200 km) por lo que la intensidad es más elevada que en otras regiones; hecho de particular importancia para los habitantes que lindan con estos espacios austraeles. (GONZALEZ BONILLA, 2020)
Pero para comprender el espacio ultraterrestre y los intereses en juego, es menester entender con el primero que nos encontramos al iniciar el viaje hacia la profundidad; y esto es vincular las órbitas de recorrido de los satélites alrededor de la tierra y los servicios que se prestan.
De tal forma los satélites se dividen de acuerdo a las áreas donde se encuentran sus órbitas, a saber: Satélites Geoestacionarios (GEO), donde la inclinación es de 0° situados a altitudes cercanas a 36.000 Km utilizados para transmisión comunicaciones y análisis meteorológicos; siendo sus altitudes cercanas a los 35.790 km, lo que hace que el periodo orbital sea igual al periodo de rotación de la Tierra. De esta forma se consigue que los instrumentos a bordo de estos satélites sean capaces de escanear de manera continua las mismas regiones sobre la superficie terrestre.
Los Satélites de Órbita Media (MEO) como el GPS se encuentran entre los 10.000 y los 15.000 Km.
Y los Satélites de Órbita Baja (LEO) empleados entre otras aplicaciones para telefonía, observación de la Tierra o geología, se sitúan situados entre los 500 y los 1.500 Km
Los satélites en primera instancia de un sistema lanzador, que es el elemento encargado de poner en órbita el satélite; el Segmento Espacial que es el satélite o sonda, con elementos necesarios de comunicación con tierra, los propulsores, los paneles solares, los sistemas térmicos, los de posicionamiento y actitud, etc), y se vincula con el Segmento Terrestre que está formado por todos los elementos existentes en tierra que permiten la comunicación con el satélite y el comando y control del mismo.
Los Satélites de Comunicaciones enlazan varios puntos en la Tierra, y entre los ejemplos de los servicios que prestan se encuentran de Comunicación Móvil, Radiodifusión e Internet, para sistemas de comunicaciones bancarias, comunicaciones de oficinas de correos en regiones remotas o control de oleoductos y gasoductos; y otros.
Los satélites de navegación permiten proporcionar el conocimiento preciso de la posición, el tiempo, así como información de navegación. Estados Unidos de Norte América (EUA) ha implementado el sistema GPS (Global Positioning System, el más conocido por todos y que da nombre al servicio), Rusia el sistema GLONASS y Europa el sistema Galileo (que comenzó a ser concebido en la década de 1990). Además, la República Popular China (RPC) implementó el propio; también Japón e India.
POLITICA ESPACIAL INTERNACIONAL
De acuerdo a los Tratados y Principios de Naciones Unidas referentes al Espacio Ultraterrestre demuestran una política cooperativa entre los estados, donde la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas tiene la tarea de promover dicha cooperación internacional en la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos.
Ejerce las funciones de secretaría la única comisión de la Asamblea General encargada exclusivamente de esos asuntos: la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos, presentando dos subcomisiones: la Subcomisión de Asuntos Científicos y Técnicos, y la Subcomisión de Asuntos Jurídicos. (ONUV 2023)
En nombre del Secretario General, la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre lleva el Registro de Objetos Lanzados al Espacio Ultraterrestre y difunde mediante su sitio web la información contenida en el Registro. (ONUV 2023)
Desde 1997 el Consejo de Inteligencia Nacional de EUA publica el Global Trends, que son tendencias e incertidumbres para los próximos años y ha observado que el espacio es una nueva región en disputa como la Antártida y el Ártico.
Desde 2016 aumentaron las sospechas de EUA que Rusia y RPC disponían de armas espaciales anti satélites, lo que generó como respuesta la creación de la Fuerzas Espacial de EUA donde oficializó el Plan de Desarrollo Estratégico para 2020 declarando la necesidad de dominar el espectro completo mediante “el control sobre el espacio”, lo que incluía la capacidad de privar a otros países del “uso del espacio” en caso necesario y aumentar la financiación de los programas espaciales en desarrollo desde el cohete SLS (Space Launch System) hasta los aviones exoatmosféricos. (PEREZ GIL, 2020)
De hecho el ex Presidente Donald Trump negó públicamente la validez de uno de los principios del Tratado Espacial afirmando que desde el punto de vista legal y físico, el espacio exterior es un dominio exclusivo de la actividad humana y los EUA no consideran que sea un bien común global, para lo cual se elaboró una Estrategia Nacional de Seguridad en el Espacio que incluye «el desarrollo de profesionales militares del espacio, la adquisición de sistemas militares del espacio y la maduración de la doctrina militar para la potencia espacial.
La Fuerza Espacial de Estados Unidos tiene como objetivo proteger la infraestructura espacial del país, énfatizando en el segmento espacial; pero también era necesaria su creación por ser un nuevo dominio donde se desarrollan las guerras con armas antisatélite (ASAT).
Rusia, por su parte, incluyó en su doctrina militar de 2014 la necesidad de «militarización del espacio» y RPC, en su Libro blanco de Defensa Nacional, establecía que el «espacio es la cúspide de la competición»
En marzo de 2019 Michael Pence como director del Consejo Nacional del Espacio (NSC) mencionó la existencia de “una nueva carrera espacial” por el desafío que entraña el accionar de China y de Rusia en ese dominio. Pence oficializó que uno de los objetivos estratégicos de Estados Unidos era conservar el primer puesto en el espacio desde el siglo pasado.
En junio de 2021, la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC) lanzó el noveno grupo de satélites militares de inteligencia de señales de la constelación Yaogan-30 (YG30), con la finalidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento del Ejército Popular de Liberación, dado que el objetivo es poseer capacidades propias en el espacio para tener un avanzado centro de Comando, Control, Comunicaciones, Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (C4ISR).
De acuerdo al programa espacial chino del 2021, tiene como objetivo convertir a China en una potencia espacial, donde la implementación del sistema de navegación por satélite BeiDou, liberá a la República Pupular China (RPC) de emplear otro sistema de navegación extranjero. (CHINA NATIONAL SPACE ADMINISTRATION, 2021)
A su vez le proporciona observación de Tierra de alta resolución, buscando proteger los derechos e intereses nacionales de China y fortalecer su presencia espacial de manera integral, empleando el concepto de autosuficiencia e innovación de su industria. (CHINA NATIONAL SPACE ADMINISTRATION, 2021)
“Desde 2016 hasta diciembre de 2021, la RPC completó 207 misiones de lanzamiento, incluidas 183 de la serie de cohetes portadores Gran Marcha. El total de intentos de lanzamiento superó los 400.” (CHINA NATIONAL SPACE ADMINISTRATION, 2021)
El Sistema de Navegación por Satélite BeiDou (BDS-3) cuenta con 30 satélites con servicios posicionamiento, navegación, cronometraje, comunicación de mensajes cortos regionales y globales, búsqueda y rescate global, posicionamiento preciso de puntos; teniendo como finalidad la seguridad de más de siete millones de vehículos en funcionamiento en tierra, proporcionando servicios de posicionamiento y comunicación de mensajes cortos a más de 40.000 buques pesqueros y ofreció servicios de posicionamiento precisos para el transporte de suministros y seguimiento de movimientos individuales; y con imágenes de alta resolución, servicios de monitoreo para los países y regiones que participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la seda.” (CHINA NATIONAL SPACE ADMINISTRATION, 2021) |
En lo que respecta a las relaciones sino / argentinas, la base de RPC en la provincia de Neuquén es una “estación de espacio profundo”, el cual cuenta con alta tecnología que en teoría es para apoyar el desarrollo de las misiones del espacio profundo y la Luna, aunque algunos sospechan que cuenta con capacidades contra-espaciales del rango de armas del espectro electromagnético. (PEREZ GIL, 2020)
Los actores internacionales se están disputando el espacio ultraterrestre, pero no es un monopolio de ellos, cada vez mas actores se suman, complejizando los vínculos a través del dominio espacial para lo cual se requiere una inteligencia estretégica que facilite la comprensión del escenario para permitir vínculos de cooperación.
RECURSOS ESPACIALES
Lo que respecta a los recursos minerales en el espacio ultraterrestre, se observó importantes reservas de agua congelada en la Luna y en Marte grandes lagos debajo de la superficie.
“El agua fue descubierta por un espectrómetro de la NASA - Moon Mineralogy Mapper- a bordo de la sonda india Chandrayaan-1, en 2009. Un hallazgo que fue confirmado por un equipo de científicos en 2018, evidenciando la existencia de depósitos de hielo en los polos norte y sur de la Luna que podrían utilizarse en forma de agua potable y oxígeno. La superficie de la Luna contiene, además, una concentración relativamente alta de helio-3 minerales escasos en nuestro planeta como los metales de las tierras raras y otros como silicio, titanio y aluminio.” (VALDIVIA CERDA, 2020)
En los cráteres de Mercurio, el agua aparece en forma de hielo, al igual que en el planeta enano Ceres. En Encelado, satélite de Saturno, los géiseres que rocían vapor sugieren una fuente de agua cercana a la superficie agrietada. En su otro satélite, Titán, parece existir un océano bajo el suelo congelado que podría contener más del doble del agua de la Tierra. También se han encontrado restos de agua en Europa, Calisto y Ganimedes, las lunas de Júpiter.
Otro recurso que citar es el isótopo Helio-3 presente en la corteza lunar y escasísimo en nuestro planeta. En la Tierra, podría ser empleado para llevar a cabo la fusión nuclear como posible alternativa al radiactivo tritio en el proceso de fusión y empleado como sustitución a las fuentes energéticas actuales. Sería una fuente estable y no radiactiva de grandes cantidades de energía. Aunque aún no contamos con la tecnología ni la maquinaria necesaria para la excavación en la superficie lunar, el transporte del regolito a la Tierra y su posterior tratamiento para separar el helio-3; numerosas investigaciones se están llevando a cabo para avanzar en esta línea.
También se han encontrado grandes cantidades de minerales estratégicos y «tierras raras», indispensables para el funcionamiento de aparatos tecnológicos. Aunque existen en la Tierra, su extracción y/o procesamiento es extremadamente costosa.
Entre los materiales descubiertos en astros y cuerpos celestes están presentes el platino, hierro, cobalto, hidrógeno, oro, hierro, níquel, cobalto, aluminio, plata, calcio, silicio, magnesio, plata, torio, uranio, fósforo, potasio etc.
A tal efecto son demostraciones sobradas para que la creciente autonomía privada haya desembocado en una serie de empresas y consorcios interesados en la actividad minera lunar. Ejemplo de ello son las empresas norteamericanas Planetary Resources y Deep Space Industries; la británica Asteroid Mining Corporarion; o la china Origin Space; para el desarrollo de la minería de asteroides.
La llamada New Space Economy es el desarrollo de la minería espacial con una importante colaboración del sector privado que está orientado a abastecer las necesidades energéticas de la Tierra, siendo que en las últimas décadas se crearon empresas en EUA para el desarrollo de minería en asteróides como Planetary Resources y Deep Space Industries, lo que motivó al desarrollo de legislaciones para proteger la actividad y reconocer el derecho de sus ciudadanos para explotar comercialmente los recursos espaciales. (VALDIVIA CERDA, 2020)
EUA autorizó a sus empresas a explotar la minería lunar y desde 2014 se había autorizado al sector privado a efectuar lanzamientos espaciales.
ARMAS ESPACIALES
La creación de Fuerzas Espaciales y Comandos Espaciales indudablemente son la conclusión de un desarrollo armamentístico del espacio, como así también su articulación entre ellos desde donde se escribe la doctrina de empleo de los mismos; y como dice el Ingeniero Di Venanzio “habiendo comenzado con la guerra fría, pasando por la guerra de malvinas, la guerra del golfo, he implementada actualmente en la guerra de Ucrania, para posterior análisis”.
Pero se tiene que desarrollar una noción de los tipos de armas que se emplean en el ámbito espacial e identificar sus efectos en los distintos dominios de la estrategia.
Para ello observamos las siguientes tipas de armas:
Armas de Espectro electromagnético que usa energía de radiofrecuencia para interferir o bloquear las comunicaciones de los satélites.
Armas de Energía Directa que usa energía enfocada, como láser, partículas o rayos de microondas para interferir o destruir sistemas espaciales.
Armas Co-orbitales que son emplazadas en espacio orbital y que pueden ser maniobradas para realizar aproximaciones al blanco.
Armas de Ascenso Directo que utilizan misiles lanzados desde tierra, aire o mar con interceptores que se utilizan para destruir cinéticamente los satélites mediante la fuerza del impacto.
Armas ciberespaciales que utilizan software y técnicas de red para comprometer, controlar, interferir o destruir sistemas informáticos de base satelital.
Los daños causados pueden ser reversibles, que incluyen efectos temporales tales como interferencias con señales de radiofrecuencia o deslumbramiento de sistemas de detección remota, o irreversibles, que incluyen medidas que degradan o destruyen un satélite.
Las consecuencias de todo las categorías de amenazas podrían incluir la pérdida de datos de la misión; disminución de la vida útil o capacidad del espacio sistemas o constelaciones; la pérdida de control positivo de los vehículos espaciales, lo que podría dar lugar a colisiones que podrían dañar los sistemas o generar desechos orbitales dañinos; o daño a o destrucción del sistema espacial.
Dentro de las amenazas Tierra-Tierra se incluye al segmento de usuarios, que también es susceptible de suplantación de identidad, denegación de servicio o malware.
Los misiles ASAT podrían lanzarse desde naves espaciales en órbita o desde sistemas en tierra, en el aire o en el mar con el fin de degradar o destruir satélites específicos. Podrían utilizar explosivos, impacto cinético u otros medios para degradar o destruir un satélite.
La siguiente son algunas acciones u operaciones espaciales como la realización de operaciones satelitales cómo interactúan las naves espaciales entre sí, interferencia de Radiofrecuencia para perturbar servicios tales como vigilancia ambiental, comunicaciones y posicionamiento, navegación, y tiempos que apoyan funciones vitales de seguridad pública, interferencia con sistemas espaciales relacionados con la seguridad, Interferencia con el comando y control.
En su Defensa Antimisiles de 2019 Estados Unidos destacó la importancia del espacio en la defensa antimisiles y sus planes para construir una red de sensores infrarrojos espaciales, desarrollar nuevo tipo de sensores espaciales y desplegar interceptores de misiles espaciales en el espacio; como también Sistema de comunicación (CCS) que podrían usarse para bloquear señales e interrumpir las comunicaciones por satélite.
En 2005 EUA puso en marcha el programa secreto “Experimento de Navegación y Orientación Automatizada en el Espacio Cercano”, desarrollándo minisatélites autónomos con capacidad para detectar e inspeccionar otros objetos en el espacio, siendo gestionados en su mayoría por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados para la Defensa (DARPA). (PEREZ GIL, 2020)
A su vez Rusia prevé poner en servicio en 2025 el avión de combate robótico MiG-41 que se supone tendría la capacidad de operar en el espacio, cargará nuevas armas, con gran velocidad y alcance. (PEREZ GIL, 2020)
En la obra de George Friedman destaca que EUA producirá (muy en secreto, pues los tratados del siglo anterior seguirán vigentes) misiles que puedan arrojarse desde el espacio, a muy alta velocidad, contra blancos en la superficie; para lo cual debería haber comunicaciones entre la Tierra y la estación en el espacio. (FRIEDMAN, 2013)
Predice la transferencia al espacio de centros de mando y control primario, pues el control desde tierra es vulnerable; y si la imagen tiene que ser envíada a tierra, podrá haber demoras de segundos y con posibilidad de interceptación que de estár el Comando y Contro (C2) en el espacio, dicha situación no ocurriría. (FRIEDMAN, 2013)
Se podrían emplear aviones hipersónicos, sin pilotos, gran capacidad miltar controlados desde las plataformas espaciales con extraordinaria precisión para observar la tierra. Los efectos militares buscados serían destruir los sistemas espaciales que le permiten seleccionar objetivos, destruir sistemas de navegación, de comunicaciones y otros sistemas espaciales para inutilizar la capacidad bélica del enemigo; para lo cual la destrucción de satélites enemigos será una meta esencial de la guerra del siglo XXI. Disparar armas del espacio a la Tierra es complicado por la distancia y lar rotación de la tierra. Habrá batallas por el control del espacio de órbita baja, el espacio geoestacionario, los puntos de lagrange (puntos estables entre la Tierra y la luna) y la superficie de la luna para impedir que un enemigo utilice aquellas áreas.
RELACION JURÍDICA Y LA POLÍTICA ACTUAL
Existe una colición entre la estructura cooperativa instalada desde Naciones Unidadas referente al uso del Espacio Ultraterrestre y las políticas llevadas a cabo por los estados.
En el artículo 1° del Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, establece que la exploración y utilización del espacio ultraterrestre debe hacerse en provecho de todos los países y los Estados facilitarán y fomentarán la cooperación internacional en dichas investigaciones. Como se ha observado anteriormente el expresidente de EUA, Trump, se ha opuesto categóricamente a través de declaraciones.
De acuerdo al Artículo II “El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera”.
No obstante el otorgar derechos de explotación a empresas de EUA y de otros países hacen prever que este artículo caiga en desuso.
En el Artículo IV establece que los Estados Partes se comprometen a no colocar en órbita alrededor de la Tierra ningún objeto portador de armas nucleares ni de ningún otro tipo de armas de destrucción en masa, pero no se prohíbe la utilización de personal militar para investigaciones científicas ni para cualquier otro objetivo pacífico. Tampoco se prohíbe la utilización de cualquier equipo o medios necesarios para la exploración de la Luna y de otros cuerpos celestes con fines pacíficos.
Si bien en su artículo XV está previsto que cualquier signatario podrá proponer enmiendas al mismo; es claro que los mismos en el corto plazo será modificado o directamente se denunciará el Tratado por los Actores Internacionales.
El Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes establece en el Artículo 4 1. Que la exploración y utilización de la Luna incumbirán a toda la humanidad y se efectuarán en provecho y en interés de todos los países, sea cual fuere su grado de desarrollo económico y científico; del cual se deduce que se podrá invocar el mismo para la explotación de los recursos.
Pero es fundamental el Artículo 12 1. Donde los Estados Partes retendrán la jurisdicción y el control sobre el personal, los vehículos, el equipo, el material, las estaciones y las instalaciones de su pertenencia que se encuentren en la Luna. El derecho de propiedad de los vehículos espaciales, el equipo, el material, las estaciones y las instalaciones no resultará afectado por el hecho de que se hallen en la Luna. El Ingeniero Di Venazio comenta que “a partir de este artículo nace el principio de soberanía en el espacio, dado a que, si bien se prohíbe a los estados apropiarse del espacio ultraterrestre, nada impide contruir instalaciones donde allí se establezca soberanía y sin competencia en un espacio, es lógico que la soberanía será defacto”.
El Tratado del Espacio de 1967 constituye el eje fundamental de los acuerdos que conforman el Corpus iuris spatialis, donde se podría establecer una relación con el territorio antártico, aunque en la actualidad se está dejando de considerar ese sistema de cooperación, lo mismo sucede con el espacio Ultraterrestre.
PROBLEMA GEOPOLÍTICO ARGENTINO Y ESPACIO ULTRATERRESTRE
En diversas obras se ha observado la problemática geopolítica argentina, estableciéndose un sistema geopolítico Antártico / Patagónico que abarca desde el Polo Sur Geográfico, Mar de Oces, Atlántico sur, Patagonia y la desembocadura del Río de la Plata1.
Si bien existe una ocupación por parte del Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB) en el Atlántico sur, el principal problema es el embargo en general que lleva adelante contra la Argentina generando incapacidad para controlar los espacios donde, por ahora, no tiene discusión la soberanía.
Pero antes de relacionar la gravedad de esta situación y los efectos al establecimiento de una soberanía clara, primeramente se observará ámbitos de responsabilidad.
En relación a las actividades de Búsqueda y Rescate en el mar, la Argentina tiene un basto espacio de responsabilidad internacional, donde se puede apreciar en el mapa que a continuación se detalla.
(RA,
2015)
La República Argentina le corresponde la responsabilidad desde el polo sur, 10° longitud, en la Región de Responsabilidad SAR de la República Argentina (RASRR) establecida por la Organización Marítima Internacional
Fue durante el año 2023 que se rescató a un tripulante de un buque a 90 millas de las Islas Georgias del Sur y 350 millas de la isla de los estados, siendo asistido por la Agencia Nacional SAR, dependiente del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada Argentina, en coordinación con el Comando Conjunto Antártico.
La importancia radica que en el cumplimiento de la responsabilidad internacional, se senta precedente de soberanía en un futuro cerarcano dado que se discute el concepto de soberanía en aguas de ultramar.
Pero por sobre el espacio marítimo que se muestra en el gráfico, la responsabilidad del control del espacio aéreo es, también de la República Argentina, y dice el Ingeniero Di Venanzio: “como en los casos del espacio aéreo sobre el continente Argentino y zonas de interes; por ende, todo objeto con capacidad de vuelo desde subsonico a hipersónico, hasta niveles de vuelos mesosfericos constituyen un riesgo para la soberanía nacional, y es responsabilidad de la RA desarrollar la capacidad de vigilancia y control de estos objetos, no solo desde tierra, sino desde el espacio. Lo mismo sucede, con la necesidad de vigilancia en orbitas LEO y Superiores para alcanzar una adecuada consiencia de la situación espacial “Space Situational Awareness”.
Si las capacidades de los sistemas de navegación, posicionamiento, inteligencia que implementan las potencias internacionales las adquiriera la Republica Argentina a través de las Instituciones de velar por la Soberanía Nacional, se quebraría la falta de control en el Atlántico sur y se podría interferir las señales por la cual RUGB y Chile con sus sistemas compatibilizados podrían controlar la Patagonia para que la misma recaiga sobre el actor que posee los auténticos derechos soberanos.
“Si la Republica Argentina no incrementa sus políticas de desarrollo de medios espaciales bajo una óptica de expandier sus capacidades espaciales y la defensa militar de las mismas hacia el espacio utraterrestre cercano y profundo, en cooperación y desarrollo conjuntamente a otros Estados Nacion, no existirá la posibilidad de beneficiarce por el uso directo o indirecto de los recursos del espacio utraterrestre en un futuro cercano; siendo clave para ello, impulsar los procesos de investigación y desarrollo en un ecosistema publico privado, virtuoso, de rápido crecimiento y con una indispesable fuerte participación del ámbito militar y de defensa”. (DI VENANZIO, F y DI VENANZIO, J)
CONCLUSIÓN
La norma internacional de los Tratados y Principios espaciales ha quedado en desuso defacto debido a la implementación de armas antisatélites en el espacio y del empleo de las capacidades en los conflictos actuales, como también una clara competencia en el Espacio Ultraterrestre.
La complejidad de capacidades estratégicas de satélites, vehículos no tripulados que pueden entrar y salir de la atmósfera, como también la necesidad de un comando y control gestionado del espacio; implican el desarrollo de Fuerzas Espaciales y Comandos Espaciales.
Las necesidades de la Republica Argentina producto de su responsabilidad internacional y su necesidad de controlar el Atlántico sur lleva a recurrir de forma inmediata a adquirir las capacidades espaciales similares que poseen las potencias para defender sus espacios terrestres y sus medios espaciales.
Antes estas verdades actuales exige la necesidad de concebir y crear una Fuerza Espacial de la República Argentina, para canalizar eficientemente los recursos financieros asignados por el Poder Ejecutivo a las áreas correspondientes.
Pero para que dicha concepción se realice, es necesario participar del bloque más próximo y que prevea el apoyo financiero tal que permita la concreción efectiva, con una posibilidad de devolución a través de servicios limitados en un tiempo y espacio determinado.
BIBLIOGRAFÍA
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FRIEDMAN, George. “PRONOSTICOS PARA EL SIGLO XXI: Los próximos 100 años”. Editorial océano.España. Año 2013. ISBN: 9786077352235.
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PÉREZ GIL, Luis V. 2020. “La Militarización del Espacio: el desarrollo de Satélites inspectores por EEUU y Rusia. Universidad de La Laguna. (Consulta: 15 de noviembre de 2023). Disponible en: https://www.unav.edu/documents/16800098/26018454/GAJ_2020-22-31_Militarizacion.pdf
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TELAM DIGITAL. 2023. “La Armada efectuó un rescate cerca de las Islas Georgias del sur”. (Consulta: 9 de septiembre de 2023). Disponible en: https://www.telam.com.ar/notas/202303/622219-armada-argentina-tripulante-herido-bordo-buque-islas-georgias-del-sur.html
VALDIVIA CERDA, Victoria. 2020. “Hipótesis de Conflicto en el Espacio Ultraterrestre”. CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS ESTRAGÉGICOS. (Consulta: 22 de agosto de 2023). Disponible en: https://anepe.cl/wp-content/uploads/2020/12/Cuaderno-de-Trabajo-N%C2%B03-2020.pdf
1 En los libros: “Geopolítica Antártica o Desintegración Nacional”, “El Pivote Anártico” y el Trabajo “Estrategia del Atlántico sur: Relaciones Sino-británica” se describe la importancia de la Patagonia para la expltación de los recursos antárticos y la revalorización del Atlántico sur cuando estos se empiecen a explotrar. A su vez se deja entreveer el tramado de escanario mencionado.